En el prólogo a su biografía de Magallanes apunta Stefan Zweig que cada escrito tiene en su gestación diversas justificaciones. La idea primigenia sobre la que se desarrollará la obra en cuestión puede venir sugerida por un paseo, por un pensamiento peregrino e incluso (no hay razón para ocultarlo), por la ignorancia. El deseo de saber y de hacerle justicia a un personaje despierta en muchos casos el germen de la creatividad. De esa misma causa proviene mi interés por Tailleferre, del hecho de tratarse de una compositora de la que ignoraba casi todo ya desde los días del Conservatorio. Dos cursos completos de Historia de la Música me valieron tan solo para saber que se trataba de la única mujer que formó parte del "Grupo de los Seis", al que en adelante llamaré sencillamente "Les Six". No recuerdo que se hiciera ninguna mención a la calidad -y a la cantidad- de su producción, y tampoco recuerdo que sonase su música entre las paredes del Conservatorio. Sin embargo no me extraña. Al igual que me ocurrió al investigar sobre Cécile Chaminade, encontré muy pocas referencias a Tailleferre en varios manuales de Historia de la Música que consulté; unas veces encontré algún breve párrafo en que se mencionaba su nombre sólamente para apuntar que junto con Louis Durey era la integrante menos talentosa; otras veces sencillamente se conformaban los autores con mencionar a los tres miembros tal vez más sobresalientes -Honegger, Milhuad y Poulenc-, sin mencionar siquiera los nombres de los otros tres. Lo cierto es que existen pruebas de que Tailleferre era, de hecho, la que mejores cualidades musicales poseía, sólo que una vez más, las personas más cercanas, en lugar de fomentar su talento, le pusieron muros.
Marcelle Taillefesse (este es su verdadero nombre) nació en Parc de Saint-Maur en 1892, muy cerca de París, en un momento en que las brasas del Romanticismo alemán amenazaban con extinguirse, y en que las más nuevas y dispares tendencias artísticas comenzaban a inflamarse. Muy pronto da la petite fille muestras de un talento musical sobresaliente, que la madre sabe fomentar al impartirle ella misma las primeras lecciones de piano. Comparte el mismo destino que Chaminade al tener un padre que se resiste enérgicamente a que ingrese en el Conservatorio de París. Esta oposición no debió de ser tan eficaz, ya que aún sin el consentimiento paterno, ingresa en el Conservatorio en el año 1904. La niña de doce años resulta ser una niña prodigio y continua sus estudios no obstante el señor Taillefesse. Cuando abandona el Conservatorio lo hace habiendo obtenido los primeros premios en Armonía, Contrapunto y Acompañamiento en los años 1913, 1914 y 1915, respectivamente. También decide cambiar su nombre por el de Germaine Tailleferre (el sufijo Ferre siginifica hierro, mientras que el sufijo Fesse significa trasero; un cambio acertado, en todo caso).
El citado año 1913 es un año importante para Tailleferre. En la clase de Contrapunto de Georges Caussade conoce a Milhaud, Auric y Honegger". Se trata de una década en la que las principales tendencias artísticas se dan cita en París, por todas partes fluyen los eruditos y los artistas, dispersándose entre los barrios de Montmartre y Montparnasse. No le resulta dificil entrar en contacto con los principales escritores y pintores, y así, antes de de finalizar la primera guerra mundial, cuenta entres sus amigos a Apollinaire, a Fernand Léger, a Modigliani, a Picasso, y, por supuesto, al músico Erik Satie.
Es el mismo Erik Satie quien en 1917, impresionado por la calidad de la obra para dos pianos "Jeux de plein air", la invita a reunirse con los músicos del grupo llamado "Nouveau Jeunes", también llamado "de las notas falsas". Tras esta integración, el grupo da un primer recital de obras propias en uno de los talleres en que los mencionados pintores trabajaban, y allí estrena "Jeux de plein air" y "Sonatine pour quatuor à cordes". El grupo "Nouveau Jeunes", por una simpática analogía propuesta por el crítico Henri Collet con el grupo de los cinco rusos, adquiere el nombre con el que estos jóvenes compositores firmaran sus próximas actividades, "Les Six", integrado por los siguientes: Arthur Honegger, Darius Milhaud, Francis Poulenc, Germaine Tailleferre, Georges Auric y Louis Durey.
"Les Six" realizó en realidad muy pocas colaboraciones ; se acepta generalmente que el grupo se disuelve como tal al concluirse la obra conjunta "Les Maries de la Tour Eiffel", aunque sus miembros continuaron siendo amigos durante muchos años. Tailleferre sobrevivió 63 años a la disolución del grupo, ya que murió en 1983. Sin embargo las características musicales de sus obras se nutren directamente de la estética de este grupo, por lo se hace necesario proponer, al menos, una breve descripción de sus orígenes y de sus intenciones.
Básicamente, el grupo de los seis surgió alrededor de la primera guerra mundial con una tendencia clara: de un lado desembarazarse del precedente Romanticismo; y de otro, desvincularse de la autoridad musical implantada por Debussy. Se tienen por detonantes de este movimiento en Francia a Erik Satie y a Jean Cocteau; Cocteau arremetió en su obra "Le coq et l'arlequin" contra la ampulosidad de la música del siglo XIX, y Satie propuso un regreso a la simplicidad, a los elementos sustanciales y concretos como contrapunto a la embriaguez romántica, con sus secuencias de causas y efectos, y con sus grandisoas armonías. Del interés por superar el clima impuesto por Debussy y de hermanarse con las obras de Picasso y Braque resultó el grupo de los seis, si bien es justo afirmar que fue Ravel quien logró antes este objetivo.
Por lo tanto, podemos citar como características definitorias del lenguaje musical del grupo, y por extensión de Tailleferre, la proliferación de melodías sencillas, la simplificación de los ritmos, la liberación de la armonía y curiosas innovaciones en la técnica de orquestación. Se trata de una música de audición fácil, debido entre otras cosas al empleo de formas musicales cortas, impregnadas de una estética que tiene espacio para el humor, la ironía y la austeridad. El lirismo y los excesos sentimentales son tratados con un cierto sarcasmo, para cuya observancia se emplea una escritura simple y desnuda contrastada por ritmos frenéticos. El bosque y los paisajes románticos han sucumbido a la urbe del siglo XX y Europa ansía una reestructuración después del caos provocado por la Primera Guerra Mundial; no es una casualidad que en este clima surjan obras que se nutren de las formas musicales más obvias y de las técnicas más sencillas.
De esta época datan algunas de las obras más interesantes de Tailleferre; la década de los años 20 resulta ser una etapa extremadamente productiva en la que salen obras de influencia neoclásica, con rasgos característicos de la música de Strawinsky y, sobre todo, de Ravel, a quien debe muchos de sus logros en la orquestación. Es sabido que ambos pasaban largas horas en la casa de Ravel fomentando una relación que se dice básicamente musical; en el transcurso de esta relación Ravel se esfuerza en promover las obras de Tailleferre y la anima a que opte al "Prix de Rome". Pero esta relación, por algún motivo, culmina en 1930 y ya no se les volverá a ver juntos en ningún otro momento. De entre las obras que ven la luz en esta etapa se encuentra la "Sonate pour violon et piano", dedicada al violinsta Jacques Thibaud y estrenada por él mismo y por el piansita Alfred Cortot; "Le Marchand d'oiseau", un ballet que fue representado hasta 300 veces; y el "Concerto pour Piano", también estrenado por el citado Cortot.
En este estado de gracia y reconocimiento general se presenta un cambio brusco en su vida. En 1926 se casa con el caricaturista americano Ralph Barton, que venía de divorciarse ese mismo año de la actriz Carlotta Monterey. Cambian París por New York, y se establecen en Manhattan. Pronto Tailleferre, que ya había dado muestras en el Conservatorio de unas habilidades sociales envidiables, se involucra en el círculo de amigos y conocidos de Barton, y traba amistad con Charles Chaplin, con quien disfruta improvisando al piano. Parece que Chaplin pretende que Taillaferre colabore con él en la composición de la banda sonora de su película El Circo pero su marido comienza a ponerle impedimentos. Incapaz de soportar el reconocimiento público de su mujer dificulta con su actitud el trabajo de la compositora, y se las apaña para que regresen juntos a Francia. No obstante, data de esta época el extraordinario Concertino para Arpa.
Parece que no sólo la envidia se contaba entre los defectos de Barton; a este problema hay que añadir que padecía un trastorno maníaco-depresivo. Ante este panorama no es de extrañar que el matrimonio fracasara y concluyera en divorcio. Barton regresó a Estados Unidos y continuó haciendo, eso hay que concedérselo, unas caricaturas excepcionales de entre las que destacan las de Chaplin y Gershwin. Así que este hombre, que a la sazón contaba con cuatro matrimonios fracasados y una enfermedad mental notoria, el día 19 de mayo de 1931, en plena depresión económica, subió a su ático en el centro de Manhattan y, compartiendo el destino de tantos hombres venidos a menos en aquella época, se disparó en la cabeza, poniendo fin a su vida a los 39 años. He aquí su autorretrato. Se tiene la obra "Six Chansons Françaises" como la reacción musical de Tailleferre a su fallido matrimonio.
Estos acontecimientos no parece que cambiaran en Tailleferre su inclinación por el matrimonio, porque en 1932 se vuelve a casar, esta vez con el jurista francés Jean Lageat, con quien tiene una hija. Sin embargo una vez más se repite la misma historia, al igual que su padre y su anterior marido, éste no le presta ningún apoyo en su carrera de compositora. Aun así, en la década que sigue a este matrimonio compone obras caraterísticas como el citado "Concerto Grosso pour deux Pianos, quatuor de Saxophones, huit Voices Solistes et Orchestre", "Deux Sonnets de Lord Byron", para soprano y piano; "Conerto pour Violon et Orchestre", numerosas bandas sonoras para películas francesas y dos cadencias para conciertos para piano de Mozart y Haydn.
Pero está en el destino de los grandes creadores lidiar no sólo con los problemas de su ambiente más cercano, sino también con los desatinos del mundo que les ha tocado vivir. Así, una vez más en un momento álgido de su carrera, se ve forzada a abandonar Francia cuando en 1942 las tropas alemanas irrumpen en su país sembrando el caos y la destrucción. Sin pensárselo dos veces atraviesa España con destino a Portugal, y desde allí embarca otra vez hacia Estados Unidos. El catálogo de su producción se resiente durante los cuatro años que permanece en Philadelphia.
El regreso a Francia en 1946 abre un período productivo del que la mayor parte de sus composiciones se han perdido. Además encuentra un ambiente musical marcado por las innovaciones propias de esta segunda mitad del siglo; el grupo de los seis ya no existe y ahora los músicos de la Jeune France realizan unas composiciones basadas en motivos místicos derivados de las tragedias provocadas por la guerra; algunos consideran este grupo de corte neo impresionista y otros de neo romanticista, en cualquiera de los cuales no es Tailleferre muy lega. Otras formas de composición como el dodecafonismo o el serialismo toman las riendas; la compositora experimenta con estas técnicas en su "Sonate pour Clarinete Solo".
A partir de esta nueva etapa la vida de Tailleferre no sufre ya grandes sobresaltos, sino que ocurre en relativa normalidad dedicada a su trabajo. Las grandes personalidades de la música, que dedican la mayor parte de su tiempo y sus esfuerzos a la creatividad, rara vez se hacen con una biografía llamativa. En cambio se hace con un catálogo inmenso en el que destacan, junto a la producción de numerosas bandas sonoras para películas, y a un dúo profesional formado con el barítono Bernard Lefort, obras como "Sonate pour harpe", "Petite Suite pour Orchestre", "Hommage a Rammeau", para dos pianos y cuatro percusionistas, o "Vingt Leçons de Solfège", compuesta en 1982, un año antes de su muerte a los 91 años.
Escuchemos a continuación alguna de las obras citadas de Germaine Tailleferre:
Jeannine Morrison and Joanne Rogers – Jeux de plein air (Outdoor Games) - La Tirelitaine (Germaine Tailleferre_
Jeannine Morrison and Joanne Rogers – Jeux de plein air (Outdoor Games) - Cache-cache mitoula (Germaine Tailleferre_
Germaine Tailleferre – Adagio, Pour Violon Et Piano, (1924) Ed. Heugel
Nicanor Zabaleta – Tailleferre: Concertino pour Harpe et Orchestre (1927) - 2. Lento
Germaine Tailleferre – Six chansons françaises / Six French Songs - No.1 Non, la fidélité
Germaine Tailleferre – Sonata for Solo Harp / I. Allegretto
Germaine Tailleferre – Les Maries De La Tour Eiffel (Arr. M. Constant): Tailleferre: La Valse Des Depeches
Para ver más compositoras:
Cécile Chaminade
Hildegard von Bingen
De esta época datan algunas de las obras más interesantes de Tailleferre; la década de los años 20 resulta ser una etapa extremadamente productiva en la que salen obras de influencia neoclásica, con rasgos característicos de la música de Strawinsky y, sobre todo, de Ravel, a quien debe muchos de sus logros en la orquestación. Es sabido que ambos pasaban largas horas en la casa de Ravel fomentando una relación que se dice básicamente musical; en el transcurso de esta relación Ravel se esfuerza en promover las obras de Tailleferre y la anima a que opte al "Prix de Rome". Pero esta relación, por algún motivo, culmina en 1930 y ya no se les volverá a ver juntos en ningún otro momento. De entre las obras que ven la luz en esta etapa se encuentra la "Sonate pour violon et piano", dedicada al violinsta Jacques Thibaud y estrenada por él mismo y por el piansita Alfred Cortot; "Le Marchand d'oiseau", un ballet que fue representado hasta 300 veces; y el "Concerto pour Piano", también estrenado por el citado Cortot.
En este estado de gracia y reconocimiento general se presenta un cambio brusco en su vida. En 1926 se casa con el caricaturista americano Ralph Barton, que venía de divorciarse ese mismo año de la actriz Carlotta Monterey. Cambian París por New York, y se establecen en Manhattan. Pronto Tailleferre, que ya había dado muestras en el Conservatorio de unas habilidades sociales envidiables, se involucra en el círculo de amigos y conocidos de Barton, y traba amistad con Charles Chaplin, con quien disfruta improvisando al piano. Parece que Chaplin pretende que Taillaferre colabore con él en la composición de la banda sonora de su película El Circo pero su marido comienza a ponerle impedimentos. Incapaz de soportar el reconocimiento público de su mujer dificulta con su actitud el trabajo de la compositora, y se las apaña para que regresen juntos a Francia. No obstante, data de esta época el extraordinario Concertino para Arpa.
Parece que no sólo la envidia se contaba entre los defectos de Barton; a este problema hay que añadir que padecía un trastorno maníaco-depresivo. Ante este panorama no es de extrañar que el matrimonio fracasara y concluyera en divorcio. Barton regresó a Estados Unidos y continuó haciendo, eso hay que concedérselo, unas caricaturas excepcionales de entre las que destacan las de Chaplin y Gershwin. Así que este hombre, que a la sazón contaba con cuatro matrimonios fracasados y una enfermedad mental notoria, el día 19 de mayo de 1931, en plena depresión económica, subió a su ático en el centro de Manhattan y, compartiendo el destino de tantos hombres venidos a menos en aquella época, se disparó en la cabeza, poniendo fin a su vida a los 39 años. He aquí su autorretrato. Se tiene la obra "Six Chansons Françaises" como la reacción musical de Tailleferre a su fallido matrimonio.
Estos acontecimientos no parece que cambiaran en Tailleferre su inclinación por el matrimonio, porque en 1932 se vuelve a casar, esta vez con el jurista francés Jean Lageat, con quien tiene una hija. Sin embargo una vez más se repite la misma historia, al igual que su padre y su anterior marido, éste no le presta ningún apoyo en su carrera de compositora. Aun así, en la década que sigue a este matrimonio compone obras caraterísticas como el citado "Concerto Grosso pour deux Pianos, quatuor de Saxophones, huit Voices Solistes et Orchestre", "Deux Sonnets de Lord Byron", para soprano y piano; "Conerto pour Violon et Orchestre", numerosas bandas sonoras para películas francesas y dos cadencias para conciertos para piano de Mozart y Haydn.
Pero está en el destino de los grandes creadores lidiar no sólo con los problemas de su ambiente más cercano, sino también con los desatinos del mundo que les ha tocado vivir. Así, una vez más en un momento álgido de su carrera, se ve forzada a abandonar Francia cuando en 1942 las tropas alemanas irrumpen en su país sembrando el caos y la destrucción. Sin pensárselo dos veces atraviesa España con destino a Portugal, y desde allí embarca otra vez hacia Estados Unidos. El catálogo de su producción se resiente durante los cuatro años que permanece en Philadelphia.
El regreso a Francia en 1946 abre un período productivo del que la mayor parte de sus composiciones se han perdido. Además encuentra un ambiente musical marcado por las innovaciones propias de esta segunda mitad del siglo; el grupo de los seis ya no existe y ahora los músicos de la Jeune France realizan unas composiciones basadas en motivos místicos derivados de las tragedias provocadas por la guerra; algunos consideran este grupo de corte neo impresionista y otros de neo romanticista, en cualquiera de los cuales no es Tailleferre muy lega. Otras formas de composición como el dodecafonismo o el serialismo toman las riendas; la compositora experimenta con estas técnicas en su "Sonate pour Clarinete Solo".
A partir de esta nueva etapa la vida de Tailleferre no sufre ya grandes sobresaltos, sino que ocurre en relativa normalidad dedicada a su trabajo. Las grandes personalidades de la música, que dedican la mayor parte de su tiempo y sus esfuerzos a la creatividad, rara vez se hacen con una biografía llamativa. En cambio se hace con un catálogo inmenso en el que destacan, junto a la producción de numerosas bandas sonoras para películas, y a un dúo profesional formado con el barítono Bernard Lefort, obras como "Sonate pour harpe", "Petite Suite pour Orchestre", "Hommage a Rammeau", para dos pianos y cuatro percusionistas, o "Vingt Leçons de Solfège", compuesta en 1982, un año antes de su muerte a los 91 años.
Escuchemos a continuación alguna de las obras citadas de Germaine Tailleferre:
Jeannine Morrison and Joanne Rogers – Jeux de plein air (Outdoor Games) - La Tirelitaine (Germaine Tailleferre_
Jeannine Morrison and Joanne Rogers – Jeux de plein air (Outdoor Games) - Cache-cache mitoula (Germaine Tailleferre_
Germaine Tailleferre – Adagio, Pour Violon Et Piano, (1924) Ed. Heugel
Nicanor Zabaleta – Tailleferre: Concertino pour Harpe et Orchestre (1927) - 2. Lento
Germaine Tailleferre – Six chansons françaises / Six French Songs - No.1 Non, la fidélité
Germaine Tailleferre – Sonata for Solo Harp / I. Allegretto
Germaine Tailleferre – Les Maries De La Tour Eiffel (Arr. M. Constant): Tailleferre: La Valse Des Depeches
Para ver más compositoras:
Cécile Chaminade
Hildegard von Bingen